Calípatra, una mujer en las Olimpiadas. Los Juegos Olímpicos y las mujeres.

 


Calipatra. Ferenice. Mujeres Deporte. Olimpiadas Antigua Grecia.

Ilustración superior de María Dolores Mirón en Desperta Ferro. Cuadro de la parte 
inferior de Auguste Vinchon.

La relación entre los Juegos Olímpicos y las mujeres siempre ha sido tan compleja como casi nula en muchas ocasiones. En la Antigua Grecia, solo las mujeres vírgenes podían asistir a los Juegos, aunque como espectadoras claro. Así nos lo dice Pausanias, al menos en el s. II d.C. No sería hasta el siglo XX cuando a éstas se les permitió participar al igual que lo hacían los hombres, siendo la primera en hacerlo la tenista Charlotte Cooper. Hasta entonces, las mujeres se habían visto limitadas a competir en torneos paralelos reservadas solo para ellas. Ya desde la Antigüedad, en la propia Olimpia, encontramos la que sería la versión femenina de los Juegos Olímpicos, los Juegos Hereos. A diferencia de los juegos masculinos, dedicados a Zeus, estos estaban dedicados a Hera, su esposa, y su participación era exclusivamente femenina. Se celebraban también cada cuatro años, y compartían muchas similitudes con los Olímpicos, aunque también tenían bastantes diferencias empezando con que contaban con muchísima menor fama y prestigio. Por ello, nos son bastantes desconocidos hoy en dia.



Mujer en el deporte Historia
Figurilla de bronce de una joven corriendo (520-500 a.C.) expuesta en el Museo Británico. Fotografía de: Caeciliusinhorto (CC BY-SA 4.0). Imágen obtenida de National Geographic



Su origen se confunde entre la historia y la mitología, pero sin duda es antiguo. Y en cuanto a su desarrollo, apenas tenemos la información dada por Pausanias (V. 16), según el cual los Juegos Hereos, organizadas por el colegio de las Dieciséis Mujeres, consistían únicamente en carreras pedestres (a pie), como los Olímpicos en su origen, aunque la distancia recorrida sería de 160 m aprox., seis veces menor que en las masculinas. Sus protagonistas serían únicamente parthenoi, mujeres no casadas, y por tanto, vírgenes. La participación directa de las mujeres en las competiciones celebradas en Olimpia, por tanto, se limitaba a los Juegos Hereos, y esa es la verdad. Pero todas las verdades tienen su excepción, y esta historia gira en torno a una. 


Calíapatra. Mujeres Olimpiadas. Juegos Olímpicos. Juegos Hereos.

Óleo de Prospero Piatti (1901). Imágen obtenida de: Wikipedia Commons.



La excepción se llama Calípatra, una mujer que sí participó en los Juegos Olímpicos. Calípatra, o Ferenice, era hija de Diágoras de Rodas (s. V a.C.), uno de los más exitosos atletas de la antigüedad, el cual triunfó tanto en los juegos olímpicos como en los nemeos, ístmicos y píticos dentro de la categoría de pancracio. Pero Calípatra no sólo era hija de un campeón olímpico, sino también hermana, ya que sus hermanos Damageto, Dorieo y Acusilao también resultaron vencedores. Y pronto, además, pasaría no solo a ser hija y hermana de campeones olímpicos, sino también madre. Su hijo Pisírrodo, siguiendo la tradición familiar, también obtuvo un triunfo. Durante este, debido a que su padre había fallecido, quién le acompañó como entrenador fue la propia Calípatra, disfrazada, eso sí, de hombre. Lo que ocurrió entonces, nos lo relata Pausanias (V. 6.7-8) de la siguiente manera: “cuando ganó Pisírodo, Calípatira, al intentar saltar por encima de la tapia donde tienen confinados a los entrenadores se quedó desnuda. Así se descubrió que era mujer, pero la dejaron marchar sin castigo por consideración a su padre, sus hermanos y su hijo -pues todos ellos habían conseguido victorias olímpicas-; con todo promulgaron una ley según la cual en adelante los entrenadores entrasen desnudos en los Juegos”.


De esta forma, Calípatra se convirtió en la única mujer conocida que estuvo presente y “participó” en unos Juegos Olímpicos en la Antigua Grecia, teniendo la suerte de no ser castigada con la pena de muerte gracias a su legado familiar. También participaron de forma indirecta otras mujeres como la espartana de sangre real Cinisca, vencedora en las carreras de carros de cuatro caballos del año 396 a.C., victoria que repetiría en los siguientes juegos. La espartana fue tratada como heroína siendo la primera vencedora olímpica. No obstante, ella no conducía el carro, sino que únicamente era quién crió a los caballos. En aquel entonces, era el dueño o la dueña de los caballos quién ganaba la corona y resultaba vencedor o vencedora, y no el auriga que condujese el carro. El mismo caso de Cinisca se repetiría más adelante con otras mujeres, pero ninguna participaría directamente como lo hizo Calípatra, la primera mujer en competir, aunque en calidad de entrenador, en unos Juegos Olímpicos.


-Bibliografía: 

-Pausanias, Descripción de Grecia. Libros III-VI. Introducción, traducción y notas de Herrero Ingelmo, M.C. (Biblioteca Clásica Gredos 197), Madrid 1994.

-Artículo "Mujeres en los juegos", de María Dolores Mirón, en "Las primeras Olimpiadas" Nº 56 de Desperta Ferro Arqueología E Historia.

- El deporte femenino en la Antigua Grecia, de Fernando García Romero, Universidad Complutense (enlace).




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