La verdadera historia de los protagonistas de la serie "Roma"



Fotograma de la serie Roma e ilustración  de Peter Connolly


La muy conocida serie Roma de HBO, mezcla tanto historia como ficción, siendo un ejemplo de ello la historia de sus dos principales protagonistas, Lucio Voreno y Tito Pulón, centurión y legionario respectivamente de la Legio XIII Gemina. Ambos personajes están basados en dos personas que sí existieron. Para encontrar lo que realmente sabemos de ellos debemos irnos a Comentarios sobre la guerra de las Galias, del propio Julio César, exactamente al capítulo 44 del Libro V. En él, de forma más extensa, se nos cuenta lo siguiente. Siendo el 54 a. C., los nervios atacaron a la Legio IX Hispana cuando se encontraba acuartelada. 

En esta legión, había dos centuriones valerosísimos  llamados Tito  Pulón y Lucio Voreno que competían continuamente el uno con el otro por ver quien destacaba más. Durante el ataque de los nervios, Pulón le dijo a Voreno: “¿A que esperas, Voreno? ¿O cuándo piensas demostrar tu valor? Esta jornada decidirá nuestras competencias”. Tras ello, Pulón salió de las fortificaciones directo a por el enemigo. Tras resultar herido, su competidor Voreno corrió a ayudarle, desviando la atención de todos los enemigos, que daban ya a Pulón por muerto. Con gran ímpetu, Voreno consiguió matar a varios y hacer huir a otros cuantos, a los que decidió perseguir con excesivo ardor. Consecuencia de ello fue que cayese en un hoyo quedando atrapado y rodeado de enemigos. Para su fortuna, su competidor Pulón, corrió en su ayuda para rescatarlo, salvandole la vida y devolviéndole el favor. Lucharon entonces hombro con hombro, y tras matar a muchos se retiraron al campamento cubiertos de gloria. 


Centuriones romanos de época cesariana, el de la derecha preparado para el combate (Graham Sumner).  Caracterizados a semejanza de los actores de los personajes en la serie. 


César nos dice que ninguno destacó más que el otro, pues ambos se salvaron la vida, resultando la competencia entre ambos quedar en empate aquel día. Por otro lado, también nos dice que pronto serían ascendidos a los primeros órdenes. Sobre Lucio Voreno no volvemos a saber nada más, al contrario que sobre Pulón. Durante la guerra civil, tras ser obligado a rendirse, se pasó al bando pompeyano convenciendo a muchos a hacer lo mismo. Su última aparición conocida es defendiendo valerosamente el campamento de Pompeyo tras la batalla de Farsalia, pudiendo ser en esta escena donde perdiera la vida.  

Bibliografía:

-Comentarios sobre la guerra de las Galias, Julio César. Cículo de Lectores, Editorial Gredos (2007)




 

Viriato y la rebelión lusitana

 


Ilustración superior de Darren Tan, inferior de Akshay Misra


Viriato es conocido por ser uno de los mayores enemigos de Roma. Su historia ha sobrevivido al paso del tiempo gracias a Apiano y Diodoro de Sicilia, autores romanos. Sabemos poco acerca de él, ni dónde nació ni si era guerrero o pastor, las fuentes se contradicen en eso. Lo que sí sabemos es que pertenecería a alguna tribu lusitana de la cual se convirtiría en jefe por elección. En plena expansión romana por Hispania, unos 10 000 lusitanos fueron asesinados a traición por Galba cuando negociaban un acuerdo de paz, y otros 20.000 serían esclavizados. Entre los supervivientes se encontraba Viriato, el cual liderará a los lusitanos en una rebelión que traerá grandes problemas a Roma. Galba sería más tarde juzgado por el Senado pero resultaría absuelto. 


Es el año 147 a. C.  y Viriato obtiene grandes victorias tras vencer a algunos ejércitos romanos y tomar diferentes ciudades. Es entonces cuando comienza a usar la famosa táctica de guerrillas, la cual no inventó él, retirándose cuando es necesario mientras hostiga y embosca al enemigo. La situación cambia en el 145 a. C. cuando tras haber vencido a Cartago, Roma se centra en la guerra lusitana enviando nuevas tropas y recursos. Esta conseguirá hacer retroceder a los lusitanos, pero no capturar a Viriato, el objetivo principal y clave si querían acabar con la rebelión. En el año 140 a. C., con la incorporación de nuevos pueblos celtíberos a la rebelión, da comienzo la llamada tercera guerra celtíbera  y como si de una partida por turnos se tratara, es ahora Viriato quien hace retroceder a los romanos.





Desesperada, tras ver que después de muchos intentos no ha conseguido cambiar la situación, Roma envía a Serviliano junto a un enorme ejército el cual incluía hasta 10 elefantes. El cónsul romano logró liberar varias ciudades y vencer a un gran ejército lusitano no sin dificultad, pero para lamento de Roma, mientras asedia la ciudad de Erisan, es cercado por Viriato, tras lo cual se ve obligado a firmar la paz. En ese tratado se le concede la independencia a las tierras de Lusitania poseídas por Viriato,​ además de ser reconocido como jefe de los lusitanos y recibir el título de amigo del pueblo romano. El sueño de Viriato de unir a todos los lusitanos bajo un mismo reino independiente a Roma parecía haberse cumplido pero, ¿cumplirá Roma su tratado?




Poco tiempo después de haberse firmado la paz, en ese mismo año, en el 140 a. C., se retomaron las hostilidades. En Roma muchos consideraron vergonzoso el tratado llevado a cabo, ya que era sinónimo de derrota. Fue enviado a Hispania el cónsul Cepión, quien comenzó a perseguir a Viriato mientras este realizaba una difícil huida mientras era hostigado constantemente por más tropas romanas. Ahora si el fin del caudillo lusitano se acercaba. La crítica situación en la que se encontraba le hizo verse obligado a pactar con Roma, aunque las negociaciones fracasaron. En un segundo intento, el caudillo lusitano envió a los turdetanos Audax, Ditalco y Minuro como embajadores para negociar con el propio Cepión. Estos sin embargo, pactaron traicionar a Viriato y asesinarlo a cambio de riquezas y tierras.
La leyenda cuenta que, al volver al campamento lo mataron mientras dormía, clavándole un puñal en el cuello, puesto que Viriato siempre dormía con su armadura puesta.​ A continuación estos marcharon al campamento romano a cobrar la recompensa, dónde Cepión les habría negado esta con la frase: “Roma no paga a traidores”. Hoy en día se considera que posiblemente la frase fuese una invención posterior, tal vez por los propios romanos para ocultar el hecho de ser responsable de tal traicionero asesinato. No era costumbre para los romanos aprobar la muerte de un jefe rival a manos de sus propios hombres.

Asesinato de Viriato
  
  Cuadro La muerte de Viriato, jefe de los lusitanos (1807), de José de Madrazo 


Tras su muerte, Viriato recibió un magnífico funeral por parte de su ejército, el cual le fue leal durante todo el transcurso de la guerra, ya que no se conocen deserciones ni motines contra él. La muerte de Viriato supuso el comienzo del fin de la resistencia lusitana en Hispania. Táutalo, el sucesor de Viriato, tras varios fracasos, se vió obligado a firmar la paz con Cepión. Como era de esperar, ésta fue beneficiosa para los romanos, que se quedaron con la mayoría de territorios por los que se había luchado. A pesar de la derrota lusitana, los romanos no conseguirían pacificar Lusitania hasta tiempos de Augusto, más de cien años después. Viriato pasaría a la historia como un héroe, aquel que se enfrentó a la mayor potencia bélica de la época y al que solo consiguieron vencer mediante la traición. Un héroe convertido en leyenda, un héroe llamado...Viriato.



Bibliografía:

-Desperta Ferro Antigua y Medieval N.º 61: "Viriato. Terror de Roma"


Cesarión, el hijo de Roma y Egipto

 


Fotograma superior de la serie Roma, 
imagen inferior de un busto atribuido a Cesarión
 

Ptolomeo XV Filópator Filómetor César, apodado por los alejandrinos como Cesarión “Pequeño César” fue un faraón de la dinastía ptolemaica. Parece no haber duda respecto a que su madre fue Cleopatra VII, última reina de Egipto. Respecto de la atribuida paternidad de Julio César, no se puede asegurar con certeza. en todo caso, el niño era ilegítimo, y al no ser adoptado no podía ser ciudadano romano. 


Aunque no está claro cuándo vino al mundo Cesarión, lo más probable es que su madre le diera a luz en Alejandría el 23 de junio del año 47 a. C.,​ trasladándose a Roma, donde vivió hasta que se produjo el asesinato de César, ya que Cleopatra y él regresaron inmediatamente al país del Nilo. A finales del 34 a. C. en las Donaciones de Alejandría,  a Cesarión se le nombró corregente de Egipto, Chipre, Libia y la parte sur de Siria, subordinado a su madre, y también fue nombrado rey de reyes, a la vez que se le proclamaba hijo y heredero legítimo de César, pese a que él no lo había reconocido. Esta declaración fue la causa de la ruptura definitiva en las relaciones de Marco Antonio con Octavio. El poder de este descansaba fundamentalmente en el hecho de ser considerado como el heredero de César por adopción, lo cual le garantizaba el apoyo del pueblo romano y la lealtad de las legiones. El hecho de que Cesarión hubiera sido anunciado como el hijo legítimo de César y su heredero, ponía en peligro su futuro.



Cleopatra y Cesarión a la izquierda de la imagen. Templo de Dendera, Egipto

En el año 30 a. C. Octavio invadió Egipto, decidido a asesinar a Cesarión. Cleopatra intentó proteger a su hijo enviándolo al puerto de Berenice, en el mar Rojo, para que viajase a la India.​ Sin embargo, poco después de la muerte de Cleopatra, Cesarión, por consejo de su tutor, quien creía que era mejor confiar en Octavio, regresó a Alejandría, donde fue asesinado a la edad de 17 años.


Para muchos pudo haber sido una suerte ser hijo de dos de las personas más poderosas de la época, pero para él, fue su perdición. Como hemos comentado no se puede garantizar si era realmente hijo de César, pero para los ojos del pueblo egipcio y parte del romano lo era, y eso fue lo que marcó su vida, aquel niño hijo de Roma y Egipto, cuya temprana muerte supuso la inevitable pérdida de independencia del país egipcio, que quedaría finalmente anexionado a Roma.



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Arquímedes de Siracusa



(Ilustración superior es de Johnny Shumate)

Arquímedes es considerado uno de los grandes físicos y matemáticos de la historia. Nacío en el 287 a.C., en la ciudad griega de Siracusa, en la isla de Sicilia. Esta ciudad tuvo un gran importancia en su época, rivalizando con potencias como eran Cartago o Roma. Sobre su vida personal no sabemos nada, ni si se casó ni si tuvo hijos. Se sabe que un amigo de Arquímedes, Heráclides, escribió una biografía sobre él, aunque este libro se perdió. Según el historiador Diodoro, durante su juventud estudió en Alejandría, algo bastante probable. Los oficios de Arquímedes no fueron pocos; físico, ingeniero, inventor, astrónomo y matemático griego, y su legado fue impresionante. Entre sus avances en física se encuentran sus fundamentos en hidrostática, estática y la explicación del principio de la palanca. Es reconocido por haber diseñado innovadoras máquinas, incluyendo armas de asedio y el tornillo de Arquímedes. Este último, conocido actualmente como tornillo sin fin,es conocido gracias al de Siracusa, aunque hay hipótesis de que se usara en el antiguo Egipto. Sus aplicaciones hoy en día son incontables. En matemáticas también destacó notablemente. Hizo un gran trabajo en el cálculo de áreas, y dió un valor más preciso al número Pi. Arquímedes también nos dejó frases célebres como “Eureka” o “dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”, ambas atribuidas a él, aunque no hay evidencias de que las pronunciase realmente. Respecto a la primera frase, se cuenta que Arquímedes pronunció esta palabra tras descubrir el que ahora se denomina Principio de Arquímedes que establece la relación entre el volumen de un cuerpo sumergido y la fuerza de flotación que este experimenta. Este hallazgo lo habría realizado mientras se encontraba sumergido en la bañera y tal fue su alegría que salió corriendo a las calles de Siracusa desnudo gritando ¡Eureka! (‘¡Lo he descubierto!





Un acontecimiento clave en la vida de Arquímedes y que acabaría con esta sería el sitio de Siracusa. Este sitio, ocurrido desde el 214 a.C y el 212 a.C durante la segunda guerra púnica, acabó con la destrucción de la ciudad por parte de los romanos. Arquímedes destacó en la defensa de la ciudad, proporcionando sus conocimientos para máquinas y armas. El general Marcelo, ordenó no herir a Arquímedes, sin embargo, fue asesinado por un soldado romano mientras realizaba un problema matemático en el suelo. Son varias las versiones que se nos cuentan, y algo contradictorias, aunque todas coinciden en lo mencionado. Las últimas palabras atribuidas a Arquímedes fueron "No molestes mis círculos", en referencia a los círculos en el dibujo matemático que supuestamente estaba estudiando cuando lo interrumpió el soldado romano. Un final trágico para uno de los mayores intelectuales de la historia, Arquímedes de Siracusa.



 

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