Ilustración superior de Darren Tan, inferior de Akshay Misra
Viriato es conocido por ser uno de los mayores enemigos de Roma. Su historia ha sobrevivido al paso del tiempo gracias a Apiano y Diodoro de Sicilia, autores romanos. Sabemos poco acerca de él, ni dónde nació ni si era guerrero o pastor, las fuentes se contradicen en eso. Lo que sí sabemos es que pertenecería a alguna tribu lusitana de la cual se convirtiría en jefe por elección. En plena expansión romana por Hispania, unos 10 000 lusitanos fueron asesinados a traición por Galba cuando negociaban un acuerdo de paz, y otros 20.000 serían esclavizados. Entre los supervivientes se encontraba Viriato, el cual liderará a los lusitanos en una rebelión que traerá grandes problemas a Roma. Galba sería más tarde juzgado por el Senado pero resultaría absuelto.
Es el año 147 a. C. y Viriato obtiene grandes victorias tras vencer a algunos ejércitos romanos y tomar diferentes ciudades. Es entonces cuando comienza a usar la famosa táctica de guerrillas, la cual no inventó él, retirándose cuando es necesario mientras hostiga y embosca al enemigo. La situación cambia en el 145 a. C. cuando tras haber vencido a Cartago, Roma se centra en la guerra lusitana enviando nuevas tropas y recursos. Esta conseguirá hacer retroceder a los lusitanos, pero no capturar a Viriato, el objetivo principal y clave si querían acabar con la rebelión. En el año 140 a. C., con la incorporación de nuevos pueblos celtíberos a la rebelión, da comienzo la llamada tercera guerra celtíbera y como si de una partida por turnos se tratara, es ahora Viriato quien hace retroceder a los romanos.
Tras su muerte, Viriato recibió un magnífico funeral por parte de su ejército, el cual le fue leal durante todo el transcurso de la guerra, ya que no se conocen deserciones ni motines contra él. La muerte de Viriato supuso el comienzo del fin de la resistencia lusitana en Hispania. Táutalo, el sucesor de Viriato, tras varios fracasos, se vió obligado a firmar la paz con Cepión. Como era de esperar, ésta fue beneficiosa para los romanos, que se quedaron con la mayoría de territorios por los que se había luchado. A pesar de la derrota lusitana, los romanos no conseguirían pacificar Lusitania hasta tiempos de Augusto, más de cien años después. Viriato pasaría a la historia como un héroe, aquel que se enfrentó a la mayor potencia bélica de la época y al que solo consiguieron vencer mediante la traición. Un héroe convertido en leyenda, un héroe llamado...Viriato.
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