Nerón y el gran incendio de Roma



Ilustración superior de ª RU-MOR para Desperta Ferro


Las fuentes escritas mencionan hasta 88 grandes incendios en la historia de Roma antigua, sin embargo, uno ha destacado por encima de los demás, el gran incendio ocurrido bajo el reinado de Nerón. En él los primeros cristianos de la urbe fueron convertidos en culpables oficiales del gran desastre y condenados por ello. 

Nos han llegado muy pocas fuentes y breves sobre el incendio, aunque gracias a Tácito conocemos los detalles de este. El fuego se inició en la noche del 18 al 19 de julio del año 64  d. C. en uno de los extremos del Circo Máximo, donde en el 36 d. C. ya se había declarado otro, además, ese día precisamente era el aniversario del gran incendio de Roma provocado por el galo Breno en el año 390 d. C. Volviendo al del año 64 d. C., este coincidió con un violento temporal de vientos cálidos que hicieron avanzar el fuego rápidamente por las estrechas calles de los barrios próximos al Circo, donde los productos combustibles de las numerosas tiendas no hacían más que avivarlo. Por un lado se extendió a través del Palatino llegando al foro imperial. Por otro lado, llegaba a la imponente Domus Transitoria de Nerón y a los barrios donde sería construido el Coliseo en un futuro. El caos se apoderó de la ciudad. Nerón mientras tanto se encontraba en una villa a 60 km de la ciudad, y no fue hasta 3 días después cuando volvió a Roma. Sin embargo, se extendió el rumor de que Nerón se encontraba en una torre mientras observaba la ciudad en llamas y cantaba una canción sobre la destrucción de Troya. Este rumor ha llegado hasta nuestros días en forma de mito. 

Según Tácito se tomaron medidas efectivas y urgentes en auxilio de los damnificados, y al cabo de 6 días, se consiguió detener el incendio a través de demoliciones de edificios para que este no se extendiese más. Para lamento de los habitantes de la gran urbe, las llamas se reavivaron en los barrios del Quirinal, al otro lado de la ciudad, dando motivo a pensar de que se trataba de fuegos provocados. Finalmente, ambos terminaron por consumirse. Según Suetonio, grupos de incendiarios con antorchas fueron vistos por la ciudad, los cuales habrían sido mandado por el propio Nerón para quemar Roma y así destruir sus antiguos y feos edificios, pudiendo reconstruirla de una forma más bella. 


Mapa del incendio de la ciudad. 
Las zonas más afectadas son las de color rojo


Los resultados del incendio fueron catastróficos debido a su extensión. Fueron destruidos numerosos monumentos emblemáticos de la ciudad, incluso ardió la propia Domus Transitoria de Nerón, aún en construcción. También se perdieron muchas obras de arte trasladadas a Roma durante las conquistas militares. La reconstrucción constó de recursos ilimitados económicamente. Los viejos barrios destruidos fueron reconstruidos siguiendo un plan urbanístico regular y planificado con grandes insulae. También se comenzó a construir la gigantesca y famosa Domus Aurea, en un lugar cuyos edificios fueron pastos de las llamas y donde se construiría posteriormente el Coliseo. Si bien como hemos dicho el gran fuego provocó numerosos destrozos y daños, la reconstrucción embelleció la ciudad y trajo consigo un mejor plano urbanístico.

Al incendio se le intentó buscar una explicación religiosa, y se realizaron numerosas ofrendas y acciones de carácter religioso. También se llevó a cabo una gran operación policial acompañada de numerosas torturas y ejecuciones. Parece ser que la mayoría de ellos serían cristianos, y esto acabó convirtiéndose en una gran persecución hacia todos ellos. Fueron rápidamente ejecutados como criminales, no por provocar supuestamente el incendio, sino por sectarios.



El rumor de Nerón tocando la lira

Nerón ha pasado a la historia representado con una lira en sus manos mientras Roma ardía tras él. Culpable de ello, en parte, es la película Quo Vadis, donde se representa esta escena, y la cual a través de la gran pantalla se ha hecho un hueco en la cultura popular. Pero los principales culpables de este falso mito no son otros que los propios autores romanos, exactamente Suetonio y Dion Casio. Estos inmortalizaron en sus escritos el rumor que se extendió de que Nerón se había subido a una torre en los jardines de Mecenas para contemplar la ciudad en llamas cantando una canción sobre la  destrucción de Troya. El rumor sin duda parecía real, pues ese mismo año, antes del incendio, Nerón mostró su interés por el arte y la música cuando debutó cantando ante el público en Neapolis.  Durante la actuación, un terremoto sacudió el teatro habiendo fallecidos, sin embargo, el emperador no dejó de cantar y prohibió que nadie se fuese del espectáculo. Esto nos lo relata Tácito en Anales.


se extendió el rumor de que Nerón se encontraba en una torre mientras observaba la ciudad en llamas y cantaba una canción sobre la destrucción de Troya. Este rumor ha llegado hasta nuestros días en forma de mito.

Representación del mito de Nerón tocando la lira mientras ve arder Roma


Volviendo al incendio de Roma, si bien los autores Suetonio y Dion Casio relatan el rumor como un acontecimiento verídico, los historiadores actuales coinciden en que debió de ser solo un rumor extendido como hemos dicho en un principio. Además, según Tácito, Nerón ni siquiera se encontraba en la capital cuando comenzó el incendio, si no que estaba en su villa de Anzio, a 60 km, y volvió a Roma tres días después.


Bibliografía: 

-Desperta Ferro Historia Arqueología e historia  n.º 27 "La Roma de Nerón" (Artículo de María del Mar Gabaldón Martínez)



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