Memnón de Rodas, el gran rival de Alejandro



Ilustraciones de J. Shumate


Memnón, nacido hacia el 380 a. C. en la isla de Rodas, fue un hábil mercenario griego que estuvo al servicio de Dario III en su guerra contra Alejandro Magno. La carrera del rodio como líder mercenario estuvo ligada al principio con la de su hermano Mentor. Ambos sirvieron a Artabazo II, el sátrapa persa de Frigia. En el 358 a. C. el sátrapa se rebeló contra su rey, el aqueménida Artajerjes III y puso a Memnón y a su hermano Mentor al frente del ejército rebelde. Como recompensa los dos rodios recibieron tierras en la Tróade.

La guerra les supuso el exilio tras la derrota. Huyeron a la corte de Filipo II donde fueron bien recibidos. Allí Alejandro y Memnón se vieron las caras por primera vez, aunque ninguno se imaginaba lo que el destino tenía guardado para ellos. Años más tarde, Mentor se las arregló para hacerse perdonar por Artajerjes III y obtener del rey el permiso para que Memnón y los suyos pudieran regresar a casa. Mentor murió y Memnón heredó las tierras de la Tróade antes mencionadas. Cuando Alejandro Magno comenzó la invasión de la actual Turquía, los líderes persas se reunieron y tomaron la decisión de presentar batalla al rey macedonio, e hicieron caso omiso a Memnón, quien afirmaba que la mejor opción era llevar la flota persa a Macedonia para llevar la guerra hacia allí. El rodio sabía que la poderosa flota persa era muy superior a la griega, y si se hacía con el claro control del mar, Alejandro no podría recibir suministros desde Grecia. 

La batalla que buscaban los sátrapas persas, ocurrida en el Gránico, acabó en clara derrota. Dario III entonces interfirió confiando en él y dándole la razón. La guerra pasaría al Egeo.  




Memnón de Rodas (Joan Francesc Oliveras) 


Memnón consiguió algunas victorias y se hizo notar. Alejandro Magno se había encontrado con un gran obstáculo inesperado en su campaña, se había encontrado con aquel niño extranjero con quien un día compartió palacio. Lamentablemente para los persas, finalmente Memnón murió por causas naturales durante un asedio. Sin la presencia de tan gran estratega y líder,  la flota persa no supo hacer frente a la macedonia, que pudo continuar y apoyar a Alejandro Magno en la conquista de la costa jónica. Si bien las grandes batallas que se recuerdan sucedieron en tierra, el control del mar fue clave en la campaña del macedonio. Motivo de ello fue que Alejandro, en vez de continuar hasta el centro del Imperio persa tras atravesar la actual Turquía, se desviase para tomar la costa sirio-palestino, donde grandes puertos como Tiro, suministraban importantes cantidades de naves a la flota persa. Todos conocemos el final de la gran hazaña de Alejandro, sin embargo, si Memnón no hubiera muerto, es posible que le hubiera puesto las cosas muy difíciles a Alejandro y quien sabe si incluso la historia hubiese cambiado.

Bibliografía:

“Alejandro Magno. Guerras (Ruth Sheppard). Editorial Libsa (2008) 


 

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