Ilustración superior de Bruce Brenneise, inferior de Giuseppe Rava
Aníbal, para muchos uno de los mejores estrategas de la historia, es conocido por su participación en la segunda guerra púnica y sus numerosas victorias frente a los romanos antes de ser derrotado por Escipión en la batalla de Zama. Pero su historia no acaba allí. Obligado a firmar un tratado de paz con Roma en el 201 a. C., que privaba a Cartago de su antiguo imperio, Aníbal, que entonces contaba con 46 años, decidió entrar a formar parte de la vida política cartaginesa.
La ciudad estaba dividida en dos importantes corrientes ideológicas. Por un lado estaba el partido democrático, al cual pertenecía Aníbal, y el cual tenía una política expansionista. Por el otro lado, encontramos un movimiento político basado en una oligarquía conservadora, centrada en el progreso económico a partir del comercio y los impuestos. Siendo elegido sufete en el 196 a. C., un puesto importante en el senado cartaginés, restauró la autoridad y el poder del Estado, representando así una amenaza para los oligarcas, que le acusaron de haber traicionado a su país al no tomar Roma cuando pudo. Los enfrentamientos entre Aníbal y los oligarcas llevaron a estos a contactar con los romanos quienes, alarmados por la nueva prosperidad de Cartago, exigieron la entrega de Aníbal con el pretexto de que mantenía contacto con Antíoco III, rival de Roma. Aníbal decidió voluntariamente exiliarse, siendo el año 195 a. C.
Al llegar a Éfeso fue recibido con honores militares por el rey Antíoco III Megas de Siria, que se preparaba para la guerra contra Roma. Aníbal se ofreció como general pero no recibió ni apoyo ni confianza por parte del rey, y terminó huyendo por miedo a ser entregado. Tras ello, lo que fue del cartaginés resulta algo incierto. El mismo que casi venció a Roma, ahora se encontraba perdido. Viajó por diferentes territorios helenísticos y participó como consejero y general en diferentes guerras. Finalmente, estando bajo el mando de Prusias I de Bitinia, decidió suicidarse cuando iba a ser traicionado y entregado por éste a los romanos. De esta trágica forma acaba la historia de un hombre que puso en jaque a las legiones romanas, un estratega como pocos ha conocido este mundo, hablamos de... Aníbal Barca.
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