Los últimos rebeldes y Masada





Jerusalén había caído, pero todavía quedaban algunos focos de resistencia judía al sur de Judea. Le fue dado el mando de las tropas a Sexto Lucilio Baso, quien a principios del 72 d. C., al mando de la X Fretensis, marchó hacia la gran fortaleza de Maqueronte, que se encontraba muy bien defendida. Tras un elaborado sitio, la fortaleza cayó y la mayoría de sus defensores asesinados.Tras convertir Macareo en una ruina humeante, Baso partió hacia el bosque de Jardes, donde atraparon y masacraron a 3.000 rebeldes judíos, teniendo solo 12 bajas. Solo quedaba un último reducto rebelde, la fortaleza de Masada. Baso murió antes de poder marchar a Masada, y fue sustituido por el legado Flavio Silva. Masada, al igual que Maqueronte, era una de las muchos palacio-fortalezas construidos bajo el reinado de Herodes I el Grande.
 
Ataque a Masada.

Masada (Jean-Claude Golvin)

Esta fortaleza se encontraba en lo alto de una montaña y era muy difícil de tomar. Estaba además defendida por la secta de los sicarios (sicarii), bajo el mando de Eleazar ben Yair. Josefo contó 967 personas dentro de la fortaleza, aunque muchos de los cuales serían mujeres y niños. Para asaltar Masada, los legionarios construyeron una gigantesca rampa con tierra y piedras por la cual subieron una torre de asedio. Sobre esta rampa (aún existente hoy en día), ascendió una torre de asedio cuyo ariete consiguió abrir una brecha en la muralla.




Fotografía aérea de Masada actualmente


Una vez dentro de la fortaleza, los legionarios descubrieron que los judíos habían construido una segunda muralla con madera y piedras. El comandante de la legión, Silva, mandó a prenderle fuego a ese muro y asaltarlo al día siguiente al alba. Era el 2 mayo del año 73 d. C., y Masada casi había caído. Como estaba previsto, al día siguiente los soldados de la X Fretensis atravesaron el muro con la esperanza de acabar con los rebeldes judíos pero para su sorpresa, no había nadie. Todos los supervivientes, a excepción de algunas mujeres  niños, se habían quitado la vida, prefiriendo morir así antes que caer prisioneros de los romanos. Masada había caído, y con ella la gran revuelta.

Tras 7 años de guerra, más de un millón de judíos habían perdido la vida, Judea estaba en ruinas y Jerusalén...casi destruida. A pesar de todo, 42 años después, la guerra volvería comenzando la segunda de las tres guerras judeo-romanas. 

Fuente: 

-Desperta Ferro Historia Antigua y medieval  n.º 23 "La Primera Guerra Judeo-Romana"

-Legiones de Roma: La historia definitiva de todas las legiones imperiales romanas (Stephen Dando Collins)


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