El primer pelota de la Historia

 

Sumeria. Sumer. Colegio en la antigüedad. Escuela. La historia comienza en Sumer. Sumerian.


Todos hemos sido pelotas alguna vez, halagando a una persona o actuando hacía ella con la intención de obtener beneficios por su parte, probablemente con nuestros padres, algún profesor o algún jefe. Y llevamos siéndolo toda la historia, o al menos, cuatro mil años. Y es que ha llegado hasta nuestros días un texto sumerio del 2.000 a. C. donde aparece el primer caso de peloteo registrado. En el texto en cuestión, escrito por un maestro de escuela anónimo, un alumno relata lo vivido un par de días en relación a la escuela. Resulta de lo más curioso e interesante el hecho de que no es muy diferente a lo que vive un niño en el colegio hoy en día. Se levanta, su madre le da el desayuno, va a la escuela, se le castiga por portarse mal, y vuelve a su casa para hacer la tarea y enseñarsela orgulloso a su padre. Eso sí, con la afortunada diferencia de que actualmente los profesores no suelen golpear al alumno si no se porta correctamente. 


El niño, tras la pregunta del profesor de que ha hecho en la escuela, cuenta todo lo que veremos a continuación. Comienza comentando que ha hecho distintas tareas relacionadas con la escritura de tablillas, tanto recitación como escritura. Después, fue a su casa y le contó a su padre lo que había hecho, recitándole su tablilla, tras lo cual el padre quedó muy contento. 


Sumeria. Sumer. La historia comienza en Sumer. Sumerian.

Ilustración que recrea una escuela sumeria. Autor desconocido.


Al día siguiente se levantó y le pidió a su madre que le diese el almuerzo, dándole esta dos “panecillos”. A pesar de apremiar a la madre por miedo a llegar tarde, no consiguió llegar a tiempo y tuvo que pedirle perdón al profesor. No fue seguro el mejor día de colegio para él, pues nos cuenta que fue azotado varias veces tanto por hablar durante la clase como por levantarse o salir indebidamente del recinto. Incluso porque su escritura no era buena, lo cual fue acompañado de la riña del profesor. Sin duda parece que no fue un alumno ejemplar ese día, y seguramente tampoco lo fuese por lo general. Para arreglar la situación, en vez de trabajar más y mejor y cambiar su actitud en clase, el niño decidió recurrir a algo que nunca falla, el peloteo. Cuando llegó a su casa insinuó a su padre que sería buena idea invitar al maestro a casa y ablandarlo con algunos regalos. Le pareció buena idea, y así lo hicieron. No solo se le trató como invitado de honor al profesor, sino que además de ofrecerserle vino y comida, se le regaló un traje nuevo y un anillo. Nuestro alumno aprovechó también y, poniendo algo de su parte, hizo ostentación de lo aprendido ante su padre y bajo la atención de su profesor. ¿Sirvió todo esto? Sí, el peloteo fue más que efectivo. El maestro, ante el buen trato recibido, dijo lo siguiente:

«Muchacho: puesto que no has desdeñado mi palabra, ni la has echado en olvido, te deseo que puedas alcanzar el pináculo del arte de escriba y que puedas alcanzarlo plenamente.... Que puedas ser el guía de tus hermanos y el jefe de tus amigos; que puedas conseguir el más alto rango entre los alumnos.... Has cumplido bien con tus tareas escolares, y hete aquí que te has transformado en un hombre de saber». Así termina el texto.

Tuvo que ser muy popular en su época ya que se han encontrado hasta 21 copias en distintos estados de conservación. A partir de todas estas se ha podido reconstruir el texto, lo cual no fue posible hasta el 1949, aunque todavía quedan algunos puntos que traducir con más exactitud. Gracias a todo el trabajo que hay detrás de ello, podemos conocer como era, en cierto modo, la vida de un alumno sumerio, que ya hemos visto que no era muy diferente al del alumno actual. Y además, como nos dice directamente el título de este artículo, podemos conocer el “primer caso de peloteo de la historia” (del que tenemos registro claro).

 


-Bibliografía: 


-Samuel Noah Kramer, "La historia empieza en Sumer", 2019.



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