La contraofensiva romana




Ilustración superior de Jhon Shumate, la inferior de Peter Dennis


La contraofensiva romana era inevitable, y tras tres meses de preparativos, Roma estaba preparada. El gobernador de Siria, Cestio Galo, partió de Antioquía con la legión XII Fulminata y 12 cohortes pertenecientes a otras legiones. Una vez en Cesarea (Judea), unió sus tropas con los supervivientes y junto con otros quince mil soldados aportados por reyes clientes de Roma. Una vez asegurada Galilea, el ejército de Galo se adentró en Judea y alcanzó Jerusalén en noviembre del año 66 d.C. Tras un asalto a la ciudad no muy bien preparado que duró 5 días, Galo, inexplicablemente, retiró a sus fuerzas. Durante su retirada hacia la costa, los romanos sufrieron numerosos ataques y hostigamientos por parte de los rebeldes. La fracasada misión de Galo costó la vida de 5.680 hombres, además del águila de la Legio XII Fulminata. El mismo Galo falleció poco después.



Ilustración de Peter Dennis


Pasado noviembre y llegado diciembre, Nerón asignó a Vespasiano (futuro emperador) el liderazgo de una nueva contraofensiva contra los judíos rebeldes. Para ello reunió a 60.000 hombres de distintas legiones, a quienes se les unieron algunas tropas de la fracasada ofensiva y tropas aportadas nuevamente por los reyes clientes. Vespasiano ignoró a la mayoría de soldados que fracasaron en la campaña de Galo. LLegado Junio del año 67 d.C, el ejército de Vespasiano marchó a Galilea . Allí sitió y tomó la ciudad de Jotapata, donde el cabecilla rebelde Josefo resistía. Este, fue uno de los pocos supervivientes tras la destrucción de la ciudad, siendo tomado como prisionero. Sería liberado años después, convirtiéndose en ciudadano romano y pasando a formar parte del séquito del emperador Tito, además de convertirse en el autor de muchas importantes obras, destacando Antigüedades judías, la fuente principal de la guerra de la que ahora hablamos. Al igual que Jopata, una tras una fueron cayendo todos los focos de resistencia judíos, como Gamala o Migdal. Tras acabar con Galilea, ciudad por ciudad, rebelde por rebelde, marchó hacia Judea, con la idea de aislar a Jerusalén. Para el año 69 d.C, casi toda Judea había sido sometida, pero todavía quedaba lo más importante...  tomar Jerusalén.

Fuente: 

-Desperta Ferro Historia Antigua y medieval  n.º 23 "La Primera Guerra Judeo-Romana"

-Legiones de Roma: La historia definitiva de todas las legiones imperiales romanas (Stephen Dando Collins)




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