Nos situamos en Judea, territorio que se convirtió en provincia romana en el año 6 d. C., por lo que comenzaba a estar directamente por Roma. En el año 26 d. C., Poncio Pilato se convertía en el quinto prefecto que gobernaba la provincia en apenas 20 años. ¿Qué sabemos de Poncio Pilato?
Podemos suponer que pertenecía a la orden ecuestre, es decir, que formaba parte de la alta sociedad romana y que provenía de una familia rica. También que probablemente tuvo algún tipo de carrera militar en la que se distinguió de alguna manera como oficial.
Las principales fuentes sobre la vida de Poncio Pilatos son, por un lado, el filósofo Filón de Alejandría (15 a. C. - 45 d. C.) y el historiador Flavio Josefo (37 d. C. - 100 d. C.), ambos críticos con su persona. El primero definió al prefecto como un hombre "de carácter inflexible y duro, sin ninguna consideración". Si es cierta la descripción que hace en cuanto a su personalidad, podríamos deducir que se le fue asignada la provincia de Judea para que la controlase con mano dura, ya que era una provincia muy problemática debido a los disturbios. Por otro lado, debemos tener en cuenta que por ello es muy probable que ningún romano quisiese gobernar tal provincia y que en ese caso, es posible que Pilato no fuera una excepción, teniendo que aceptar tal cargo por algún motivo.
Su imagen en el Nuevo Testamento, intentado evitar la muerte de Jesús y finalmente lavándose las manos para no ser culpable seguramente fuese falsa. Debemos tener en cuenta que a excepción del evangelio de Mateo, los demás fueron hechos dirigidos a comunidades cristianas pertenecientes a territorios del imperio romano. Para evitar problemas con las autoridades romanas y evitar conflictos, es razonable pensar que se culpase más a los judíos que a los romanos y a Pilato, quitándole responsabilidad del asesinato de Jesús.
Según el evangelio de Mateo, Pilato estaba casado y su esposa, quien soñó con Jesús, le suplicó a Pilato que no se involucrara en la muerte de Jesús. Aunque no dice su nombre, según la tradición cristiana se llamaba Claudia Prócula.
Por último y para terminar, en Judea cuando murió Jesús en torno al 33 d. C., no encontramos legionarios, ya que no había ninguna legión. Lo que sí encontramos son cohortes auxiliares guarnecidas en la región. Los auxiliares se distinguían de los legionarios en que no tenían la ciudadanía romana y procedían de territorios conquistados por los romanos. Es muy probable que los soldados fuesen de territorios próximos a Judea y enemistados con esta, por lo que no se llevarían muy bien con el pueblo judío.
En esta imagen podemos ver cómo irían cuando se encontrasen patrullando o de guardia, menos armados y de forma más ligera.
Auxiliares romanos de Judea (Graham Summer)
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